Naturaleza y biodiversidad

Descubre un lugar único en la región castellano manchega. La Sierra de San Vicente es bien conocida por su naturaleza y biodiversidad.

La Sierra de San Vicente se encuentra en la zona noroccidental de la provincia de Toledo, limitando por el norte con las provincias de Ávila y Madrid. Es una alineación meridional de la Sierra de Gredos y está situada entre los valles de los ríos Tiétar y el Tajo. Se compone de 21 localidades ubicadas dentro de un gran y privilegiado entorno natural. Sus puntos más altos son el Cerro de la Cruces (1373 m), el Pico de San Vicente (1320 m) y Monte Pelados (1331 m). En su relieve destaca la presencia de rocas graníticas que han dado formas como berrocales, pedrizas y lanchares, aptos para practicar la escalada tipo ‘boulder’.

Castillo de San Vicente
Pico de San Vicente y ruinas del viejo castillejo medieval

Si por algo destaca la Sierra de San Vicente es por su riqueza natural, y entre ella, por sus numerosos arroyos. Entre ellos destacamos el Marrupejo, Guadyerbas, la Garganta de Torinas, Los Quemados, Budial, La Tejea, Mingo Miguel, de La Fuente, del Lugar, de la Sal, Guadmora, Cañadillas, Saucedoso o San Benito, los cuales vierten sus frescas y cristalinas aguas a los ríos antes mencionados.

La Sierra de San Vicente tiene un clima muy benigno, encontrándose entre los de mayor pluviometría de toda Castilla La Mancha debido a su situación entre los valles de los ríos Alberche y Tiétar. Las temperaturas, aunque existen variaciones según la altura, no sufren variaciones muy extremas, existiendo inviernos suaves y veranos agradables. Las temporadas de mayor esplendor son primavera, en la parte de más llanura, y otoño para aquellos sitios de mayor altura.

Puente sobre el río Tiétar en La Iglesuela
Puente romano sobre el río Tiétar en la Iglesuela del Tiétar

Impresionante paisaje y vegetación

La Sierra de San Vicente se caracteriza por su riqueza paisajística y su gran biodiversidad. Por este motivo está declarada como LIC (Lugar de Importancia Comunitaria) junto a los entornos del «Valle del Tiétar y el Alberche» y «Sotos del río Alberche». Otra figura de protección que demuestra la importancia de nuestro entorno es la ZEPA (Zona de Especial Protección de Aves) del «Valle del Tiétar y embalses de Rosarito y Navalcán» y la «Reserva Fluvial de los Sotos del Río Guadyerbas y Arenales del Baldío de Velada».

Su vegetación es excepcional en cuanto a su contraste con la gran llanura manchega. En pocos kilómetros, debido a las variaciones de temperatura, pluviosidad y orientación se generan cambios muy heterogéneos, dando como resultado especies y formaciones vegetales muy variadas. Además, su geología y la proximidad de cauces de agua hace crecer especies como las fresnedas, saucedas, alisedas y olmedas. En la transición entre las mesetas y el Sistema Central al que pertenece la Sierra de San Vicente podemos encontrar también encinares -situados en la vertiente sur-, perales silvestres y enebros.

Castañar de El Real de San Vicente
Castañar de El Real de San Vicente (foografía cedida por Alberto Erre)

En los parajes de la Sierra de San Vicente se han catalogado más de mil especies vegetales y dispone, además, de grandes bosques. Entre ellos, el bosque mediterráneo de las zonas menos elevadas de la serranía, compuesto por alcornoques y encinas, paisajes de dehesas para aprovechamiento ganadero y agrícolas; extensos retamales, tomillares y cantuesares; rebollares y mejolares según ascendemos en altitud, siendo de los mejores conservados del Sistema Central; extensos robledales, castañares, fresnedas y algunos nogales en la zona de El Piélago; y zonas de acónitos, helechos y acebos, en las vertientes de umbría. Uno de sus mayores atractivos en cuanto a la vegetación es su gran variedad micológica, estando muy presente la «amania muscaria», la «amanita phalloides», la «seta de los caballeros», o los conocidos como «boletus».

Boletus Fragans encontrado en la Jornadas Micológicas del año 2013. Fotografía de la Sociedad Micológica de Madrid. Más información aquí.

Nuestra fauna

Las propias características de la Sierra de San Vicente también va a marcar su fauna, siendo este un entorno de gran acogida para mamíferos, aves e insectos.

Multitud de especies de aves están presentes en los ecosistemas de la serranía. Debido a la sensibilidad de muchas de ellas, que requieren una especial protección y atención, se fijó esta zona como ZEPA «Valle del Tiétar y embalses de Rosarito y Navalcán». Las mejores épocas para la observación de las aves son la primavera, el verano y el otoño. Además, las grullas suelen cruzar nuestros cielos en búsqueda de los invernaderos de la vecina región de Extremadura. En los términos municipales de la Sierra de San Vicente podemos encontrar zorzales, mirlos, estorninos, pinzones y becadas. Por su parte, las rapaces también están presentes, de hecho, se han visualizado milanos reales, azores y halcones peregrinos; y durante la noche, aparecen aves nocturnas como mochuelos, autillos, carábaros o lechuzas.

La Sierra de San Vicente está cuajada de vida. Existen mamíferos como el jabalí, el zorro, el conejo o la liebre, muy presentes en todos los ámbitos de la comarca. El lobo y el lince ibérico desaparecieron, pero su presencia ha quedado en el imaginario colectivo de la serranía, aunque recientemente se ha avistado un ejemplar de lince en el entorno del Valle del Tiétar. Existen también mustélidos como los tejones, turones, meloncillos y comadrejas; murciélagos y gatos monteses. Se han documentado algunas nutrias en el entorno del río Tiétar y se han visualizado ardillas en las zonas de pinar.

Fotografía de un zorro realizada por Juan Lacruz bajo licencia Creative Commons.
https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Vulpes_vulpes_2.jpg

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